sábado, 26 de enero de 2013

Fünfzehnten Tag.

Y ya van dos semanas aquí. Increíble pero cierto.

Mi día de hoy fue más o menos como el de ayer. Levantarme a las seis y cuidar de los niños hasta que Sandra y Jess bajaron, sobre las once, darles de desayunar, aguantar lloros, patadas y risas con un sueño que no podía conmigo.
Comimos sobre las tres, pasta, aunque no tenía mucho hambre que me dolía un poco la cabeza.
Por la tarde vinieron los hermanos de Sandra.
Yo me pasé casi toda ella arreglando cosas del iPod y viendo series, muerta de sueño.
Los niños se acostaron sobre las siete y media, mientras los padres salían a hacer la compra.
Luego se fueron a casa de la hermana de Jess y creo que en breves volverán porque hoy también salen. Mañana, por lo tanto, me tengo que levantar otra vez, así que poco tiempo más estaré por aquí.

Como podéis ver, los días no están siendo muy "substanciales" aparentemente. Pero la verdad es que, en quince días, he aprendido de muchos más palos de los que pude haber aprendido en la vida. He de decir que esta experiencia me está "ayudando" a ver que no todo es del color de rosa fuera de casa, que si quiero algo, tengo que moverme por conseguirlo, y que no me lo van a dar en bandeja como muchos de nosotros pensamos que van a hacer.
Y mejor ahora que dentro de un par de años, la verdad...
Creo que no me apetece pensar mucho más, así que me voy a dormir ya, que mañana tengo que madrugar otra vez y estoy bastante cansada...
Así que, buenas noches, y ya sabéis, si queréis algo, luchad por ello.

1 comentario:

  1. Animo sara.a verda e que como na casa en ningun sitio.espero k t mellores.un bicoo!

    ResponderEliminar